01 diciembre 2011

Signos de puntuación I

La palabra es una de las principales herramientas de comunicación humana.

En una comunicación verbal, por ejemplo, una conversación o una conferencia, las palabras viajan siempre acompañadas de sutiles, y a veces no tanto, variaciones en la voz del emisor.

Estas variaciones informan del estado de ánimo del emisor, así como del tipo de información (una pregunta, una suposición, una orden, etc.).

Si permanecemos atentos, percibiremos también algunas pausas; y con funciones diversas: indicar el fin de la exposición de una idea, verificar si el receptor sigue la narración o se ha perdido, y, sobre todo, ayudar a que el hablante coja aire y no muera asfixiado.

En la comunicación escrita, el proceso es deliciosamente complejo. La mirada del receptor recorre una serie de signos que se convierten en impulsos eléctricos hacia el cerebro, donde de alguna forma “son interpretados”.

Si la lectura debe hacerse en voz alta, el cerebro dedicará además parte de sus energías a enviar señales a los órganos correspondientes para que conviertan esos impulsos eléctricos ya interpretados en sonidos fieles con el mensaje captado instantes antes por el órgano visual.

Pasmoso, ¿verdad? Pues aún hay más.

En un texto escrito, el emisor raramente está presente (quizás ni siquiera esté en el mundo de los vivos). ¿Cómo podría entonces hacernos llegar esas variaciones y pausas, y asegurar que descifraremos el mensaje correctamente?

La respuesta se encuentra en unos graciosos personajillos: los signos de puntuación.

Los signos de puntuación mejoran la representación escrita de la lengua oral, ayudan a organizar las ideas y facilitan la lectura y comprensión de los textos.

Antes de plantear algunos ejercicios, os dejo un ejemplo de texto cuya interpretación cambia según el lugar en que se haga una pausa. Está tomado del ameno y útil librito Perdón, imposible, de José Antonio Millán.

Perdón imposible que cumpla su condena.

Su lectura necesita una pausa interna para tener sentido. El drama surge porque hay dos posibilidades y con significados opuestos. Dejo al lector la búsqueda de las soluciones. Se trata solo de un ejemplo, quizás algo forzado, pero sirve para ilustrar el tema de esta entrada y su continuación.

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