16 octubre 2011
“No cocina, pero tampoco muerde”
Acabo de terminar la novela "Una temporada para silbar", de Ivan Doig, escritor norteamericano nacido en 1939. Lo publica Libros del Asteroide.
En la novela, viajaremos a un pequeño pueblo de Montana a través de los recuerdos de Paul Milliron en los primeros años del siglo XX, donde todavía el caballo era el medio de transporte más eficaz y la naturaleza imponía su ritmo a los hombres.
Las historias que Doig pone en la memoria del narrador resultan cautivadoras, divertidas y emotivas, y sus personajes nos atrapan desde el primer momento.
Por cierto, el título de esta entrada es el texto del anuncio con el que Rose Llewellyn consigue el puesto de ama de llaves en casa del viudo Oliver Milliron y sus tres hijos, Paul, Damon y Toby, algunos de los principales personajes de la historia.
Recomiendo cada una de sus más de trescientes páginas a lectores de cualquier edad.
Reflexión: Ya me gustaría poder decir esto último de las polvorientas lecturas con las que perdemos a los lectores adolescentes.
Etiquetas:
Lecturas,
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Literatura
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